Del principio de una nueva interna

La ciudadanía, pero en especial quienes integran una fila política o social, deben apostar a la renovación, a la propuesta, a los candidatos o representantes que demuestren su intención sin quedarse en las palabras para así asegurar el futuro de la República.

En este momento nos encontramos en el inicio de una campaña electoral pues aunque no se ha hecho oficial, a pesar de que se habla de ello, cada partido político se perfila hacia las internas, lo que significa que la comunicación política ha entrado en nuestros hogares gracias a las redes sociales, a las noticias, o a simples encuestas que contestamos aburridos, déjenme decirles que quienes asesoran en esta materia no pueden ser quienes determinen mediante una campaña de manipulación, mejor conocida como campaña de marketing político, el nombre del próximo Presidente de la República, pues este no será un simple gobernante, quien sea electo representará el modelo de sociedad en el que deseamos convivir, y esto implica una contundente decisión que tendrás que tomar, por lo que te pregunto, ¿qué hacemos? ¿seguimos así o cambiamos el rumbo?

Haciendo un aparte antes de continuar, con el fin de demostrar mi punto sobre la comunicación política, resaltaré la figura de José Mujica pues quienes cuestionamos su pobre preparación junto a su pasado como guerrillero, por no incluir sus dudosos valores, somos una minoría gracias a la narración de una historia tan perfecta que lo convirtió, para la sociedad, en presidente, para los medios, en referente y para el mundo entero, en un abuelo, en un filósofo, en un filántropo, dejando de lado cualquier “muerto en el ropero”, pues su imagen era adorada en cada rincón, menos por quienes sufrimos su gobierno.

Te pregunto, ¿piensas que es posible pasar de ser un mísero terrorista con una pobre cultura a un referente mundial sin la necesidad de una gran historia? Yo no lo creo, posiblemente tú tampoco, por esto mismo es que lo importante no se encuentra en las palabras, lo importante se encuentra en las acciones que las respaldan.

La renovación se suele asociar casi siempre a la presencia de un candidato joven o que a pesar de tener algunos años “extra”, sea su primera vez en el ruedo, lo que es necesario si queremos que nuestro sistema político pueda ponerse al día con el resto del mundo, pero al mismo tiempo debemos pensar que, gracias a las condiciones en las que se encuentra nuestro país, no podemos dar el mando a alguien sin experiencia alguna en lo que a gestión refiere pues nunca antes ha demostrado ser capaz de liderar una administración, no sabemos lo que puede pasar, y es debido a esto que la renovación se debe encontrar en las propuestas que se presenten, lo que nos habla de dejar las etiquetas de “liberal” o “conservador” para centrarnos en cada palabra escrita que detalle la idea junto a su implementación, esto nos permitirá ser objetivos al momento de inclinarnos hacia uno u otro lado, a menos que claro, se prefiera un candidato de cuarenta y tantos años pero que en su gestión fue un desastre o nunca ha administrado nada más que su propia cuenta bancaria, en ambos casos lo considero perjudicial, pues aunque sus propuestas pueden sonar interesantes, lo más probable es que ninguna de ellas se concrete en la realidad.

Para continuar con el asunto de las propuestas es necesario aclarar que la ideología no debe ser un impedimento a la hora de evaluarlas pues la derecha, la izquierda o el centro no serán más que posiciones, las medidas no pueden ser valoradas por quien la presenta pues como dije antes, la comunicación política junto a los prejuicios entran en acción, haciendo que no se pueda pensar con claridad, abriendo la puerta a la manipulación de distintos actores de la sociedad. Ya ha sido demasiada ¿no te parece?, nuestro país necesita una batería de medidas que no solo estabilice la situación, sino que pueda en los cinco años lentamente apuntar hacia el crecimiento o mejora, dependiendo el caso, de los cuatro vértices que nos definen. Seguridad. Desarrollo Social. Educación. Economía. Las mismas no podrán ser vacías, o mejor dicho, con explicaciones grandilocuentes, pues será más de lo mismo, promesas sin cumplir.

Necesitamos un candidato que demuestre tener la capacidad necesaria para liderar, para gestionar, para ordenar, pero sobre todo necesitamos un candidato que demuestre tener propuestas que encaminen a la República, mi elección es Jorge Larrañaga, creo en el, pero no espero que optes por lo mismo pues no se trata de eso, esta nota se trata de un punto final a la política barata de la que todos nos hemos cansado. Es momento de tomar las riendas, aportar un granito de arena, y mejorar nuestra sociedad.

Gracias por tu tiempo

Tec. Facundo O Ordeig