El Ministro, la pancarta y el atropello a la libertad

La detención de los trabajadores de la industria tabacalera por deslucir un acto, la revelación de datos confidenciales, y la presión a periodistas de Artigas demuestran que la situación no da para más.

En ocasiones anteriores el gobierno del Frente Amplio ha buscado la desacreditación de quienes reclaman, el primer hecho se dio al ser increpados por un colono, su respuesta no fue otra que la revelación de su historial crediticio para demostrar que este era un deudor, razón por la cual no le escucharían, pero luego en cada manifestación del movimiento Un Solo Uruguay han optado por decir que estos no representan a los trabajadores pues son parte de una maniobra política orquestada desde los partidos tradicionales para desmerecer los “logros” de su gestión. 

Si bien se han dado otros casos de menor repercusión, la gota que derrama el vaso se encuentra en los hechos protagonizados por el Ministro del Interior quien para ocultar una pancarta poco menos se ha arrojado sobre los trabajadores tabacaleros, consiguiendo que se les detuviera por defender su fuente de ingresos de manera pacífica. Se ha atentado contra la libertad de expresión, se ha criminalizado la protesta, se han revelado datos confidenciales y tanto militantes como dirigentes del partido de gobierno que asistieron al homenaje al Río de Libertad, defienden lo hecho por el Ministro Bonomi, defienden la detención de estos hombres y buscan su demonización. Hipocresía del más alto nivel, se defiende a la Democracia o no se la defiende, y con estas actitudes han demostrado su posición.

Por si lo antes dicho fuese poco, debemos agregar la denuncia realizada por periodistas, camarógrafos y fotógrafos de la ciudad de Artigas que cubrieron el acto de inauguración en la cual se habla de presión, insultos y amenazas de agresión por parte de militantes, de un ex edil de este partido y del cuerpo de seguridad de Presidencia.

Como columnista, me solidarizo con ellos, e invito a cada uno de ustedes a reflexionar sobre estas actitudes dignas del fascismo que han sido condenadas por el Instituto Nacional de Derechos Humanos, un organismo al que han preferido hacer oídos sordos por un dictamen contrario a sus intereses.

Citando a la militancia que les defiende, diré que es necesario que tengamos memoria, pues son estas las actitudes que hacen peligrar a nuestra Libertad, a nuestra Democracia, y al mismo pueblo del cual se llaman defensores. Es momento de cambiar, es momento de decir ¡Basta!, es momento de que la ciudadanía se de cuenta de que el Frente Amplio no debe, ni debió, estar en el Gobierno Nacional.

Hasta la próxima.

Tec. Facundo O. Ordeig