Una izquierda sin memoria ni autocrítica
- Tec Facundo O Ordeig

- 10 nov 2020
- 3 Min. de lectura
Cuando en Diciembre de 2014 se nos informaba que el Ministro Bonomi continuaría en su cargo junto a buena parte de su equipo se nos estaba dando a entender que los compromisos de campaña adoptados por el Presidente Vázquez se convertirían en debes de gestión pero aunque algunas promesas sin cumplir pueden perdonarse, sus resultados no; no cuando el récord de homicidios aumentaba año a año, no cuando se culpaba a las víctimas, no cuando el crimen organizado aumentó constantemente su presencia y su poderío, no cuando la Policía Nacional no podía ingresar a determinados barrios o siquiera defenderse de las agresiones de vándalos o delincuentes, mucho menos cuando un alto mando de la mafia calabresa se escapa en un confuso episodio en el que a mí entender existen responsabilidades políticas. Esto parece habérsele olvidado al Senador Charles Carrera, quien habiendo sido Director General de Secretaría de Bonomi además de su principal defensor en el Parlamento a partir de 2017, considera necesario interpelar la gestión del Ministro Jorge Larrañaga por una "escalada de la violencia" a pesar de que las cifras oficiales de los últimos ochos meses arrojan un importante descenso de las rapiñas, de los hurtos y de los homicidios en comparación con el mismo período pero del año pasado.

Siendo incapaces de reconocer una baja del diecinueve por ciento de los hurtos, del catorce por ciento de los homicidios y del nueve por ciento de las rapiñas no es de extrañar que se nos acuse de haber variado la metodología con la que se registran pero cuando los mismos que acusaban a los medios de comunicación de generar una sensación de inseguridad por razones políticas recurren a argumentar que las cifras presentadas por el Ministerio no se ven reflejadas en dichos medios resulta incomprensible el nivel de cinismo e irresponsabilidad política al que son capaces de llegar en su rol de opositores pero esto no es más que un mísero ejemplo cuando se lo compara con las constantes acusaciones que han hecho por presuntos casos de brutalidad policíaca pues hasta el momento el Poder Judicial no ha sido capaz de comprobar la existencia de los mismos además de que, curiosamente, en cada uno de los casos denunciados han estado presentes militantes o activistas de sus filas sociales o sindicales, en especial en el episodio de la Plaza Seregni donde en varias filmaciones no sólo se pueden apreciar las incongruencias de las declaraciones de las “víctimas” sino también insultos, amenazas y ataques a los funcionarios que se hicieron presentes.
Queda claro que ésta será la primera de varias interpelaciones que el Frente Amplio querrá hacer pero con los sucesos de los últimos meses también queda en claro que la gobernabilidad del país no es una prioridad para una izquierda resentida que buscará a como dé lugar presentarse como el único defensor del pueblo, como su última salvaguarda, pero debemos recordar las palabras del Último Gran Caudillo, hay muchas formas de aplicar la fuerza ¡que fuerza es la del milico prepotente, y fuerza es la del pedante intransigente! Tan fuerza es la del vanidoso que se cree monopolizador de la justicia, de la verdad y de la voluntad popular, como la del que no entiende nada y porque nada entiende termina agarrando a patadas las cosas
Hasta la próxima
Tec. Facundo O. Ordeig




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