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Entre escándalos y caprichos, debemos tratar la Urgente Consideración

  • Foto del escritor: Tec Facundo O Ordeig
    Tec Facundo O Ordeig
  • 25 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Después de largos meses de espera nos encontramos con que la Ley de Urgente Consideración ha sido ingresada en el Parlamento, también nos encontramos con el escándalo que han generado contra la misma en las redes sociales, el cual, de momento, y como suele ser costumbre para algunos referentes de la izquierda, se basa en el uso constante de una clase específica de falacia conocida como argumentum ad passiones y esto no es otra cosa que buscar manipularnos apelando a nuestras emociones para que éstas interfieran en nuestro proceso de toma de decisiones, siendo sin dudas práctico pero completamente inválido al momento de discutir cuestiones importantes, pero además, su estrategia resulta incomprensible puesto que la misma nace de una amnesia tan selectiva como conveniente, porque si al día de hoy existe tal grado de vulnerabilidad social, es porque en quince años de gobierno no hicieron lo que debían hacer y solamente se jactaron de haberlo hecho.


Espero no me malentiendan porque si bien es cierto que el COVID 19 nos golpea duramente, la pandemia no es la causante per se de la magnitud del impacto social sino que ésta ha sido el detonante de una situación nacional que era insostenible, la cual, tarde o temprano iba a estallar. Entonces, con base en lo antes dicho, considero que aquellos que que usan consignas tales como “lo urgente es la gente” para apuntar contra la Urgente Consideración, no son más que hipócritas que, sin importar el contenido de la propuesta, desean ir contra la misma para dentro de cinco años aprovecharse del daño previamente generado a raíz de su no aprobación ya que, como bien venimos anunciando desde la campaña electoral, las principales medidas de nuestro Gobierno se encuentran plasmadas allí y si las mismas no prosperan, significaría un gran fracaso de la gestión en las más distintas áreas.


Por otra parte, debemos ser conscientes de que las condiciones para su discusión si están dadas debido a que los legisladores no han dejado de cumplir con sus funciones sino que han adaptado el cumplimiento de las mismas a las medidas sanitarias correspondientes pero esto no lo es todo ya que también debemos ser conscientes que, durante cada uno de los gobiernos del Frente Amplio, se llegaron a discutir presupuestos con más de mil artículos en un lapso de tiempo bastante similar pero con el agravante de que varios de esos artículos no correspondían a dicho mecanismo, pero, si pasaban, pasaban.


Para concluir este artículo debo agregar que, como siempre, respeto a aquellos que habiéndose informado se oponen a distintas medidas planteadas, pero me es imposible respetar o siquiera considerar como serio, tolerable o admisible cualquiera de los planteos antes mencionados puesto que no sólo se encuentran alejados de la realidad sino que la distorsionan a su voluntad, bajo una lupa ideológica, para cumplir con sus caprichos, dejando de lado cualquier atisbo de honestidad intelectual, de la cual, se llenan la boca por el General Seregni, y de seguir por el mismo camino que durante quince años transitaron, habrán manchado su memoria, si es que no lo hicieron ya…


Hasta la próxima


Tec. Facundo O. Ordeig


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